Misericordia


En el espacio divisorio de una mesa corriente,
ocurrió la tragedia.
Luego de asirse de las primeras copas,
miedo y verdad se fueron desvistiendo lentamente.
Primero prescindieron de sus ropas más livianas;
asomaba el estío, por lo que su desprendimiento era un gran reconfortante.
Prontamente, al mismo tiempo en que se consume un vaso de espeso morapio,  
prosiguieron por una serie de ornamentos que cargaban asiduamente,
(casi inadvertidos), transformándolos durante el acto en pequeñas figurillas inútiles.
Se prolongó así aquél rito en la noche oscura;
hasta que desprendidas al fin de los cuerpos,
y en un estado de vértigo extraordinario,
cayeron en la oquedad las últimas palabras suicidas.
-Desparramadas, desprendidas, desmesuradas-
No hubo testigos, ni documentación alguna
que redima tal clase de siniestro.
Aquel acto divino,
invisible para el ojo mudo,
ha quedado velado por completo
en el atisbo del primer rayo de sol.